El proceso, Franz Kafka

Captura de pantalla 2017-12-04 15.56.56.pngSegún novela Kafka, en sus tiempos, un proceso implicaba que unos agentes acudieran a tu casa para arrestarte, arresto que duraba hasta la finalización del proceso sin que ello impidiese seguir trabajando y realizar tu vida normal, con la particularidad de que el procesado tenía que defenderse de una acusación que le era imposible saber en qué términos había sido formulada, hasta el punto que tampoco su abogado tenía acceso a la misma. Empieza así un deambular por salas de tribunales y amistades cercanas a los jueces en busca de una absolución para una inculpación cuyos términos desconoce y que podrá ser: absolución real, aparente o aplazada. En la primera el proceso desaparece, expedientes incluidos. En la segunda el proceso es una pelota que rebota entre las salas judiciales y el procesado se olvida de su problema aunque de vez en cuando puede ser llamado a capítulo y todo vuelva a empezar. El aplazamiento implica estar continuamente pendiente del proceso por parte del afectado poniéndole trabas para evitar que siga su curso.
El peregrinar por Josef K. por el entramado de la justicia, pone de manifiesto el por qué se la representa ciega y bien sea por su propio sentido de culpa o por no gustarle el sistema acaba facilitando a sus verdugos la condena. De ahí el término “Kafkiano” para designar a aquel individuo que debe enfrentarse a un mundo complejo, basándose en reglas no conocidas o incomprensibles, Por ejemplo: la infanta y su esposo, deben ser kafkianos. ¿O tal vez lo seamos nosotros por no entenderlos a ellos?

Alimento para moscas, Jon Obeso

Captura de pantalla 2017-12-04 15.52.37.pngLa portada y el título son tan sugerentes como lo escrito. Un entomólogo vive aislado cerca de unas cuadras realizando su tesis. Los caballos que sirven de esparcimiento y educación a los jóvenes del pueblo enferman mientras sus habitantes se dedican a la labor de cantería. Desde su atalaya el investigador relata la vida de los ciudadanos en la que sus quehaceres diarios de comunicación con el resto de congéneres y sus formas de reproducción poco distan de los comportamientos de los mosquitos a estudio.

 

Nocturnos, John Connolly

Captura de pantalla 2017-12-04 15.48.47.pngConjunto de 19 relatos donde interviene lo sobrenatural. Unas veces porque los miedos sobredimensionan la realidad y otras por no tener miedo a las otras realidades. Para aquellos que gustan de este tipo de lecturas, Connolly ofrece reinterpretaciones de historias ya contadas, su propia versión de leyendas que se pierden por pasillos tenebrosos o en simas sin luz, así como grotescas formas que adopta el maligno para tratar de poner al lector en trance.

Ronda nocturna. Mijail Kuráyev

Captura de pantalla 2017-12-04 15.44.40Situada en Petersburgo de la década de los 60 la ronda describe a través de un paseo nocturno y de forma poética la ciudad. Para ello hace uso la voz de un personaje que anteriormente formó parte del aparato de represión estalinista. Se mezcla así la vivencia que aporta la ciudad junto con las experiencias de arrestos e interrogatorios debido a las purgas que eran pan de cada día en aquellas épocas por parte de un policía que las narra tal cual, sin sentimiento alguno de culpabilidad pues era lo que había que hacer por orden, sin complicarse en juicios morales al respecto.

La Batalla de Tebas. Naguib Mahfuz

Captura de pantalla 2017-12-04 15.40.04.pngLa batalla de Tebas (hoy Luxor) es una novela histórica entretenida que permite viajar por El Nilo como columna vertebral de los enfrentamientos en la divisoria entre el Alto y el Bajo Nilo. La ocupación por los hicsos (pueblo guerrero que introdujo en el arte de la guerra el uso del arco compuesto y el carro tirado por caballos) de la ciudad de Tebas desplaza y somete al campesinado. Diez años más tarde, tras su reorganización en Nubia, Ahmose reconquistará Tebas y continuará hasta Hawaris (actual Tell el-Daba), ciudad de cuatro murallas con fosos entre ellas rellenos con agua desviada del Nilo. Ante la imposibilidad de asediarla y de cercarla ya que era una ciudad autosuficiente resolvió reconducir las aguas lo que provocó la capitulación de los hicsos y el fin de su rey Apofis, constituyéndose Ahmose en el iniciador de la Dinastía XVIII, la más brillante de la historia egipcia.

Inferno. August Strindberg

9788495359773.jpgInferno cuenta el entramado psiquiátrico que vive el personaje al saberse conocedor de su capacidad para crear oro a partir de otros minerales y el acoso al que es sometido por las situaciones inexplicables que lo rodean para desestabilizarlo.
Hay escritores que para crear esta dicotomía: escritor – personaje se embeben acudiendo a un manicomio, se aseguran entrevistas con psiquiatras, leen tratados al respecto y son tan capaces de idear el entramado de dudas, sofocaciones, ahogos, angustias, insomnio, pesadillas, ruidos inexplicables, presencia de invisibles, cinturones eléctricos y voces que vive una mente perturbada que logran meter al lector en otra realidad.
August no es que vaya más lejos, no es que sea un maestro del género. Inferno es simple y llanamente su diario.

Bomarzo. Manuel Mújica Lainez

bomarzo.jpgEl municipio de Bomarzo, se encuentra a unos 70kms de Roma, dirección Florencia. En su castillo, perteneciente a la familia de los Orsini, su propietario, Pier Francesco Orsini, jorobado, contrahecho, cínico e intrigante, allá por 1541 construyó en su feudo el Jardín de los Monstruos, formado por esculturas talladas en roca, que representan seres míticos y personajes fantásticos.
Manuel Mujica Lainez visitó el jardín por primera vez en 1958. Nace de esa visita la novela, de carácter histórico, que recrea la vida y obra del condotiero, contada en primera persona, bajo la protección de su carta astral, en la que se predice su inmortalidad, lo que facilita saltos históricos hasta la actualidad a pesar de que el grueso del argumento se mueve en el Renacimiento tardío italiano.
No es lectura que por su erudición obligue al uso continuo del diccionario pero despliega un exuberante uso del castellano que invita al placer de leer por leer donde palabras y frases se articulan con innumerables puntos, comas, agarradas a las páginas en largos párrafos tal y como lo hacen las enredaderas ayudadas por clavos y alcayatas en los jardines Bomarzo.

Peking by Night. Svetislav Basara

pekingbynight.jpgLectura rara. De esas que invita a pensar qué carajo tiene lo que estás leyendo que producido en esloveno ha llegado hasta el Puerto. También en su día muchos esperaron a un Godot que llegó de Irlanda pero que realmente nunca apareció. Así es el absurdo. Sin dejarse llevar por él será difícil degustar a Basara con sus juegos gramaticales, sus diatribas sobre el tiempo y los saltos de identidad entre el protagonista y el autor así como las puertas, tan absurdas, que un mismo objeto sirve tanto para entrar como para salir y sin embargo nos dejan en el mismo lugar.

De donde son los cantantes. Severo Sarduy

9788437611846.jpgHay novelas en las que se agradece que el propio autor explique en una NOTA: las ideas que desarrolla en los diferentes capítulos. También es de agradecer el número de páginas dedicadas a la introducción así como las notas a pie de página del editor. De lo contrario solo lectores avezados disfrutarían de esta novela acrisolada como la propia Cuba formada por españoles, africanos y chinos, en la que el autor unas veces está dentro y otras fuera de lo escrito, pasa de la novela al teatro, del pasado al presente (la novela vio la luz en 1965 con el escritor en el exilio parisino) en la que rememora la Cuba de los 50, con su cabarets, barrio chino, un general encelado con una vedete, maricas, plumas, y n largo etcétera para acabar con La Entrada de Cristo en La Habana como alegoría a la entrada de Fidel. Un crisol que no es fácil de seguir entre la Virgen del Cobre, de La Regla, el Palo Mayombe, la santería yoruba y el ñañiguismo carabalí, el caimito la guanábana y el mango, el sato el guchinango y el jabao.
Uno de estos lectores avezados es Juan Goytisolo quien opina que «Leer a Sarduy es una perpetua fiesta de la inteligencia y de los sentidos»

La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuentes

carlosfuentes.jpgLa muerte de Artemio Cruz es lectura llena de vida. Desde el propio lecho, cuando el cuerpo ya no obedece al cerebro y los humores se escapan, las sábanas se manchan, y en el ambiente los gases dejan un tufo a escamas secas, Carlos Fuentes escribe inserto en la mente de un Artemio que oye a su mujer e hija acercarse a la cama con la intención de conocer dónde se encuentra el testamento; oye a su secretario cómo le reproduce las conversaciones grabadas con los yanquis en sus negocios de explotación de terrenos y minería, y sus arreglos con los mayorales para tener a favor a los nativos contra otros caciques a fin de obtener su colocación como diputado. Desde esa posición y solo con la luz que entra a través de sus párpados Fuentes recrea la vida de Artemio como impulsor de la revolución mexicana hasta convertirse en un usurpador de sus ideales, describe sus andanzas guerrilleras, su azarosa vida amorosa como fusilero y capitán hasta su culminación con una querida en La Gran Manzana, entra y sale de la habitación en busca del tiempo pasado mientras moribundo continua ejerciendo su poder en el presente para hacer un recorrido a través de la historia de su vida que a la postre no es otra que la historia de las oportunidades de un país joven, anárquico: sus catedrales barrocas, sus minas de oro y plata, sus palacios de tezontle y piedra labrada, su clero negociante, su perpetuo carnaval político y su gobierno en deuda permanente, sus fáciles concesiones aduaneras para el extranjero de habla insinuante. La historia de México.