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Ronda nocturna. Mijail Kuráyev

Captura de pantalla 2017-12-04 15.44.40Situada en Petersburgo de la década de los 60 la ronda describe a través de un paseo nocturno y de forma poética la ciudad. Para ello hace uso la voz de un personaje que anteriormente formó parte del aparato de represión estalinista. Se mezcla así la vivencia que aporta la ciudad junto con las experiencias de arrestos e interrogatorios debido a las purgas que eran pan de cada día en aquellas épocas por parte de un policía que las narra tal cual, sin sentimiento alguno de culpabilidad pues era lo que había que hacer por orden, sin complicarse en juicios morales al respecto.

La Batalla de Tebas. Naguib Mahfuz

Captura de pantalla 2017-12-04 15.40.04.pngLa batalla de Tebas (hoy Luxor) es una novela histórica entretenida que permite viajar por El Nilo como columna vertebral de los enfrentamientos en la divisoria entre el Alto y el Bajo Nilo. La ocupación por los hicsos (pueblo guerrero que introdujo en el arte de la guerra el uso del arco compuesto y el carro tirado por caballos) de la ciudad de Tebas desplaza y somete al campesinado. Diez años más tarde, tras su reorganización en Nubia, Ahmose reconquistará Tebas y continuará hasta Hawaris (actual Tell el-Daba), ciudad de cuatro murallas con fosos entre ellas rellenos con agua desviada del Nilo. Ante la imposibilidad de asediarla y de cercarla ya que era una ciudad autosuficiente resolvió reconducir las aguas lo que provocó la capitulación de los hicsos y el fin de su rey Apofis, constituyéndose Ahmose en el iniciador de la Dinastía XVIII, la más brillante de la historia egipcia.

Inferno. August Strindberg

9788495359773.jpgInferno cuenta el entramado psiquiátrico que vive el personaje al saberse conocedor de su capacidad para crear oro a partir de otros minerales y el acoso al que es sometido por las situaciones inexplicables que lo rodean para desestabilizarlo.
Hay escritores que para crear esta dicotomía: escritor – personaje se embeben acudiendo a un manicomio, se aseguran entrevistas con psiquiatras, leen tratados al respecto y son tan capaces de idear el entramado de dudas, sofocaciones, ahogos, angustias, insomnio, pesadillas, ruidos inexplicables, presencia de invisibles, cinturones eléctricos y voces que vive una mente perturbada que logran meter al lector en otra realidad.
August no es que vaya más lejos, no es que sea un maestro del género. Inferno es simple y llanamente su diario.

Bomarzo. Manuel Mújica Lainez

bomarzo.jpgEl municipio de Bomarzo, se encuentra a unos 70kms de Roma, dirección Florencia. En su castillo, perteneciente a la familia de los Orsini, su propietario, Pier Francesco Orsini, jorobado, contrahecho, cínico e intrigante, allá por 1541 construyó en su feudo el Jardín de los Monstruos, formado por esculturas talladas en roca, que representan seres míticos y personajes fantásticos.
Manuel Mujica Lainez visitó el jardín por primera vez en 1958. Nace de esa visita la novela, de carácter histórico, que recrea la vida y obra del condotiero, contada en primera persona, bajo la protección de su carta astral, en la que se predice su inmortalidad, lo que facilita saltos históricos hasta la actualidad a pesar de que el grueso del argumento se mueve en el Renacimiento tardío italiano.
No es lectura que por su erudición obligue al uso continuo del diccionario pero despliega un exuberante uso del castellano que invita al placer de leer por leer donde palabras y frases se articulan con innumerables puntos, comas, agarradas a las páginas en largos párrafos tal y como lo hacen las enredaderas ayudadas por clavos y alcayatas en los jardines Bomarzo.

Peking by Night. Svetislav Basara

pekingbynight.jpgLectura rara. De esas que invita a pensar qué carajo tiene lo que estás leyendo que producido en esloveno ha llegado hasta el Puerto. También en su día muchos esperaron a un Godot que llegó de Irlanda pero que realmente nunca apareció. Así es el absurdo. Sin dejarse llevar por él será difícil degustar a Basara con sus juegos gramaticales, sus diatribas sobre el tiempo y los saltos de identidad entre el protagonista y el autor así como las puertas, tan absurdas, que un mismo objeto sirve tanto para entrar como para salir y sin embargo nos dejan en el mismo lugar.

De donde son los cantantes. Severo Sarduy

9788437611846.jpgHay novelas en las que se agradece que el propio autor explique en una NOTA: las ideas que desarrolla en los diferentes capítulos. También es de agradecer el número de páginas dedicadas a la introducción así como las notas a pie de página del editor. De lo contrario solo lectores avezados disfrutarían de esta novela acrisolada como la propia Cuba formada por españoles, africanos y chinos, en la que el autor unas veces está dentro y otras fuera de lo escrito, pasa de la novela al teatro, del pasado al presente (la novela vio la luz en 1965 con el escritor en el exilio parisino) en la que rememora la Cuba de los 50, con su cabarets, barrio chino, un general encelado con una vedete, maricas, plumas, y n largo etcétera para acabar con La Entrada de Cristo en La Habana como alegoría a la entrada de Fidel. Un crisol que no es fácil de seguir entre la Virgen del Cobre, de La Regla, el Palo Mayombe, la santería yoruba y el ñañiguismo carabalí, el caimito la guanábana y el mango, el sato el guchinango y el jabao.
Uno de estos lectores avezados es Juan Goytisolo quien opina que «Leer a Sarduy es una perpetua fiesta de la inteligencia y de los sentidos»

La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuentes

carlosfuentes.jpgLa muerte de Artemio Cruz es lectura llena de vida. Desde el propio lecho, cuando el cuerpo ya no obedece al cerebro y los humores se escapan, las sábanas se manchan, y en el ambiente los gases dejan un tufo a escamas secas, Carlos Fuentes escribe inserto en la mente de un Artemio que oye a su mujer e hija acercarse a la cama con la intención de conocer dónde se encuentra el testamento; oye a su secretario cómo le reproduce las conversaciones grabadas con los yanquis en sus negocios de explotación de terrenos y minería, y sus arreglos con los mayorales para tener a favor a los nativos contra otros caciques a fin de obtener su colocación como diputado. Desde esa posición y solo con la luz que entra a través de sus párpados Fuentes recrea la vida de Artemio como impulsor de la revolución mexicana hasta convertirse en un usurpador de sus ideales, describe sus andanzas guerrilleras, su azarosa vida amorosa como fusilero y capitán hasta su culminación con una querida en La Gran Manzana, entra y sale de la habitación en busca del tiempo pasado mientras moribundo continua ejerciendo su poder en el presente para hacer un recorrido a través de la historia de su vida que a la postre no es otra que la historia de las oportunidades de un país joven, anárquico: sus catedrales barrocas, sus minas de oro y plata, sus palacios de tezontle y piedra labrada, su clero negociante, su perpetuo carnaval político y su gobierno en deuda permanente, sus fáciles concesiones aduaneras para el extranjero de habla insinuante. La historia de México.

Rayuela. Julio Cortazar

libro_1296486343.jpgLa rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedrecita se sale del dibujo. Poco a poco… se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedra hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la especulación del otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. (Capítulo 36)
Según palabras de propio Cortazar: El problema central para el personaje de Rayuela, con el que yo me identifico en este caso, es que él tiene una visión que podríamos llamar maravillosa de la realidad. Maravillosa en el sentido de que él cree que la realidad cotidiana enmascara una segunda realidad que no es ni misteriosa, ni trascendente, ni teológica, sino que es profundamente humana, pero que por una serie de equivocaciones ha quedado como enmascarada detrás de una realidad prefabricada con muchos años de cultura, una cultura en la que hay maravillas pero también profundas aberraciones, profundas tergiversaciones.
Lo cierto es que entre lo Maravilloso y la Realidad, la lectura se mueve entre capítulos imprescindibles que se han convertido en auténticas enciclopedias sobre el Jazz que nada afectan a la lectura y otros prescindibles que son una pena perdérselos. No es fácil leer Rayuela, se haga de forma lineal o saltando capítulos si se sigue la guía propuesta por el autor a modo de quien golpea la piedrita con el pie. Lo que da a entender el por qué ha cosechado desde 1963 lectores que han dejado su lectura en la Tierra para otra ocasión y otros que han logrado llegar al Cielo con ella. Por ejemplo, mi caso, que hace 25 años traté de leerla y la dejé enterrada y ahora, cuando se cumple el 100 aniversario del nacimiento del escritor, que he degustado muchos de sus capítulos.

Muerte súbita, Alvaro Enrigue

xthumb_14183_portadas_big.jpeg.pagespeed.ic.AvAAx0uRQi.jpgCoja Ud. el libro e imagine que es el fondo sobre el que tomará forma un puzle cuyo resultado será una obra de Michelangelo Merisi. Para ello ha de convertir sus 59 capítulos en otras tantas piezas. No le importe sobar las esquinas de las hojas hasta ablandarlas, estirarlas, hamacarlas, mamelonarlas, crear pseudópodos, invaginarlas, evaginarlas, meter, sacar. Evite toda pudicia si nota en ellas mucosidad filante al tacto o cierto tufillo prostático, pues algunas destilan efluvios de alcoba con tintes selváticos, catedralicios, barragánicos.
Lo primero que le sorprenderá son dos fichas que sitúan a Quevedo y Caravaggio disputando un partido de tenis. Junto a éstas se irán acoplando otras. Una para describir las pelotas al uso, realizadas con pelo, de ahí que se llamen pelo-tas, y entre ellas una con propiedades de talismán al estar realizada con pelo de Ana Bolena antes de ser decapitada, y que en su debido cofrecito circula entre banqueros y aspirantes al trono de Pedro. En otra aparece de espectador Osuna casado con una cortesana, nunca mejor expresado, al ser nieta de Cortés, personaje impopular en las dos orillas. Y así se irán sumando capítulos al rompecabezas hasta crear un tótum revolútum sobre los inicios del tenis, el arte pictórico del artista y sus cuadros, La Nueva España, Tenochtitlán, Cuauhtémoc y Hernán; sobre Pío IV, Calvino, Lutero, La Santa Inquisición y La Contrarreforma, La Utopía de Moro y de Vasco de Quiroga hasta conseguir reunir la técnica de los colorista de amantecas aztecas con los claroscuros del Barroco que el maestro captó en su estudio usando la luz de las velas.
Al terminar conviene que aleje tanto el puzle como el libro, lo sopese, y lo vuelva a mirar forzando la presbicia y lo vuelva a distanciar de tal forma que el vicio y el placer con el que ha leído cada uno de los inconexos capítulos los verá de una sola pieza y comprenderá la diferencia entre un cuadro colgado en la cabecera de la cama de un hotel y un Caravaggio o entre un best seller y una novela merecedora del premio Herralde 2014.

La conciencia de Zeno, Italo Svevo.

la-conciencia-de-zeno-9788498678703.jpgSvevo envía a Zeno al psiquiatra y éste le recomienda a su paciente que vaya recogiendo en un diario todas sus impresiones. Este argumento tan simple le sirve al autor para investigar la mente de Zeno, el consciente y el inconsciente del protagonista que no viene a ser sino una proyección de la conciencia del propio escritor. En 1923 salen a la luz pública todas las anotaciones de Zeno. De esta forma Zeno a sus 57 años, triste y adúltero, expone su adicción al tabaco, su obsesión por las mujeres, su visión de los negocios, el temor a la guerra, su miedo a la muerte, y su propia visión del psicoanálisis al tiempo que psicoanaliza la sociedad en la que vive.
La portada del libro, obra del checo Frantiseck Kupka es un fiel reflejo de su lectura. Mediante el uso de toda la gama de amarillos, color representativo de la inteligencia, el pintor muestra un lector fumador en una actitud inerte, carente de actividad, que emana melancolía junto a cierta mirada entre indiferente y arrogante, mirada que provoca al órdago para quien quiera atreverse a conocer qué hay detrás de esos ojos y en el interior del libro que lleva en su mano.