Ocurre como con los toreros. Hay tardes de oreja y vuelta al ruedo como la lidia de El Varón Rampante, o de salida a hombros de la plaza como en Las Ciudades Invisibles. (ambos de Italo). Con el mismo convencimiento empecé Los amores difíciles al relacionarlo con otro gran rejoneador de amores, en este caso ridículos, como es Kundera, pero poco a poco la fiesta fue decayendo hasta entender que lo leído obedecía más a un ejercicio de entrenamiento con trece vaquillas que a una buena tarde en el tendido. Por suerte segundas partes, que no siempre fueron buenas enmendaron la jornada gracias a dos buenos morlacos como son La hormiga argentina y La nube de smog. (Javier González)
EL CRIMEN DEL ESTRELLA DE MAR
Para escribir «he seguido mis instintos y luego se los he mostrado a la audiencia, no se debe hacer al revés», Joseph O´Connor
«Cuando una amiga lectora inglesa me recomendó Star of de sea (con este título fue publicada la novela de Joseph O´Connor: El Crimen del Estrella del Mar) diciéndome que en Irlanda, allá por el 2004-2005 se había convertido en un fenómeno literario como La Sombra del Viento en España, y tuve el libro en mis manos, pensé en una historia entretenida en torno a un asesinato en un barco. Pero el Estrella del mar no solo transporta intriga a través del Atlántico sino toda la justificación histórica a la emigración del pueblo irlandés buscando mejores condiciones de subsistencia en América del Norte. Un existir en la precariedad, al que eran sometidos los agricultores irlandeses por parte de los colonos ingleses, junto a la enfermedad de la papa conocida como el “mildiu” provocó, en los cinco años que van desde 1845 a 1849, la reducción de la población de la isla hasta quedar solo el 25% de la misma. Un millón de muertos por la hambruna y otro millón convertidos en emigrantes cambiaron el mapa demográfico, social y político de los irlandeses dando lugar a los primeros movimientos en pro de la independencia. Todo ello mientras el Estrella del Mar sigue su curso por el Atlántico reteniendo a lo largo de su cubierta el interés hasta las últimas páginas en las que se revela la autoría del crimen. » (Javier González).
LA LIBRERÍA AMBULANTE
Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. Estudió historia moderna durante tres años en Oxford. En 1913, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela fue La librería ambulante, publicada en 1917. Se le ha comparado con Noel Coward, y dijo de sí mismo que amaba tanto a Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin embargo, su dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.
La Librería ambulante es un viaje por caminos rurales de Estados Unidos de su protagonista y narradora, Helen McGuill, el señor Mifflin, su perro Bock y Peg, el viejo caballo que tira de El Parnaso. Un viaje vendiendo libros, y tratando de inculcar hábitos lectores «Que nos llamen hombres no nos convierte en hombres―pregona Mifflin―. Ninguna criatura sobre la faz de la tierra tiene derecho a creerse un ser humano a menos que esté en posesión de un buen libro».
Pero además, La Librería ambulante, es un viaje por la historia de la literatura clásica, ya que está plagado de referencias a autores y novelas, que sirve de guía para abrir al lector nuevas ventanas por las que asomar su curiosidad y nuevas puertas por las que entrar en nuevos mundos literarios.
Cuidada escritura, sencillez y buen sentido del humor al alcance de cualquiera.
El marino que perdió la gracia del mar
«El mar, para un hombre encerrado todo el tiempo en un barco de acero, es algo muy parecido a una mujer. Le son familiares sus tormentas y sus calmas, o sus caprichos, o la belleza de su seno al reflejar el sol poniente»
Yukio Mishima, fue un escritor y dramaturgo japonés, considerado uno de los más grandes escritores de la historia del Japón. Mishima escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, y al menos, 20 libros de ensayos.
«El triángulo es de lo más sencillo. Adolescente que pertenece a una banda de jóvenes. Es hijo de viuda burguesa de la cual se enamora un marino. Pierde la gracia del mar el marinero al decidir dejar de vivir teniendo por norte La Estrella Polar, para embarcarse, en tierra firme, con la madre del joven; pero también pierde la gracia el hijo bajo la influencia del jefe de la banda.
Lo que no es tan sencillo es hacerlo como lo hace Yukio, en ésta una de sus novelas más corta y la más adecuada para adentrarse en el mundo Mishima, al contarnos con gran sensibilidad esa apatía adolescente, más allá del bien y del mal, donde se ocultan intensas borrascas.» (Javier González)
AUTOS DE FE
«Sucumbiré, se que sucumbiré, pero puedo decir que me he resistido contra ello toda una vida. Si no me hubiera resistido toda una vida, importaría poco que también yo haya de sucumbir.»
Elias Canetti, escritor y pensador en lengua alemana, Premio Nobel de Literatura en 1981.
«En la página 586 el autor escribe: “El agua de la jofaina se tiñó como después de un combate naval junto a las Islas Canarias”. El por qué eligió esa comparación es imposible de descifrar como lo es en muchos puntos del libro el comportamiento de los personajes, especialmente el central, llamado Peter Kien, el mayor sinólogo vivo, el “hombre-libro”, que acaba quemándose en su biblioteca. Su trama, en ocasiones caótica y difícilmente inteligible, facilita una lectura propensa a cerrar el libro definitivamente, y olvidar a sus protagonistas hiperbólicos dejándolos atrapados entre las páginas. Leer la única novela escrita por Canetti es una experiencia que no deja indiferente. Su lectura como su propio título, Auto de fe, implica creer o no creer. Posee grandes defensores y detractores por lo que hay que estar dispuesto a abandonar la misma a las primeras de cambio o a aprender de su soledad exactamente como si estuviésemos dispuestos a ingresar por propia voluntad en un manicomio vacío a sabiendas que la locura que destilan sus personajes sería la norma en quienes deambulasen por las calles.» (Javier González).
GABRIELA, CLAVO Y CANELA
«Yo nunca me consideré un literato, sino un novelista profesional sin abandonar mi posición al lado del pueblo, de los que sufren.» Jorge Amado
Jorge Amado fue escritor brasileño. Su obra ha sido adaptada al cine, al teatro y a la televisión, y también ha sido tema de varios trabajos de escuelas de samba en el Carnaval brasileño. Sus libros están traducidos a 49 idiomas y publicados en 55 países. Gabriela, clavo y canela, se publicó en 1958.
«Para aquellos que gusten de Gabriel García Márquez y del género literario conocido como “realidad fantástica”; para aquellos que conservan en su memoria esos primeros renglones que dicen: El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo, Gabriela, clavo y canela se revela como la novela precursora de todo ese movimiento literario e incluso del propio Gabo. Para quienes gusten de pasear por las calles de Puerto de la Cruz de los años veinte, en versión brasileña, Jorge Amado centra su historia en la ciudad costera de Ilheus, a la que arriba Gabriela, de cuyos platos y aromas acabará enamorándose el sirio Nacib, dueño del bar Vesubio. Juntos serán protagonistas de los propios devaneos de la pareja y a su vez testigos de la guerra por el poder en la ciudad costera del estado de Bahía por el control de las exportaciones cocoteras, representada en la persona de Mundiño Falcón como emprendedor e impulsor que plantea acelerar el desarrollo de la ciudad, mejorar el puerto y derrocar a Bastos, representante del caciquismo recalcitrante. Una novela imprescindible para los amantes de la literatura latinoamericana.» (Javier González)
ÉBANO
«Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos «África». En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe”
Ryszard Kapuściński fue un periodista, historiador, escritor, ensayista y poeta. En el mundo anglosajón es mejor conocido por sus reportajes en África en las décadas de 1960 y 1970, cuando presenció de primera mano el fin de los imperios coloniales europeos en aquel continente. Recogió en 2003 el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, uno más de los muchos premios que le fueron también entregados en Inglaterra, Francia o Italia. «Las raíces de mi literatura —según dijo él mismo— son viajar y descubrir, leer y reflexionar«.
«Cada país tiene sus estereotipos y cada continente también. Tanto la foto de la portada como el título “Ebano” conducen inevitablemente a África. Extensiones de selva, de sabana y de arena en cuanto al paisaje; riqueza zoológica y botánica en cuanto a los seres vivos y pobreza, hambre, guerras y sublevaciones militares en cuanto a lo humano. De todo esto hablan las crónicas de Kapuscinski pero desde la óptica de un periodista polaco que recorre el continente viviendo la independencia de los nuevos países creados con escuadra y cartabón (más de mil grupos embutidos en unos 53 países). Un enfoque distinto sobre el por qué de la risa de los negros a pesar de sus dificultades, de su visión del tiempo, de la importancia de sus antepasados y cómo la irrupción del hombre blanco lo trastocó todo provocando la gestación de dictadores y conflictos que nos han vendido como problemas intertribales.» (Javier González)
LIBERTAD
Jonathan Franzen es un escritor estadounidense, que saltó a la fama en 2001 con su novela Las correcciones, ganadora del National Book Award. Con Libertad, obtuvo el Premio a la Mejor Novela del Año otorgado por los lectores de la revista Qué Leer. Franzen ha dicho a la prensa que le gusta enmarcar esta novela dentro de lo que llama el “realismo trágico”: “Una ficción que ofrece más preguntas que respuestas, y que nos confirma que toda mejora tiene su precio”
«Franzen hace una cosa curiosa. En las primeras cuarenta páginas presenta de forma convulsa un resumen de las siguiente seiscientas por leer. Esa vorágine inicial, en torno a la evolución depresiva de la protagonista, en la que se puede apreciar la transformación de los ideales con los que una pareja forma una familia, hasta el desmoronamiento de lo mismos, así como de la propia familia, la desglosa luego desde la óptica de cada uno de sus miembros y no es hasta mitad de libro cuando cobra sentido la portada, que representa una reinita cerúlea, ave tipo gorrión que migra desde Los Apalaches a Colombia, y la trama ecologista en torno a ella, lo que obliga a posicionar a los personajes facilitando uno de los mejores retratos de la clase media americana tras el 11-S, con la invasión de Irak de por medio, en torno a la libertad en la toma de decisiones.» (Javier González)
FRANKENSTEIN
Una desapacible noche de noviembre contemplé el final de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mí alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi cómo la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados. Respiró profundamente y un movimiento convulsivo sacudió su cuerpo.
“Hay nombres propios que empezamos a leer y aún sin llegar a su final ya nos están evocando alguna imagen desde la memoria. Es este el caso de Frankenstein. Rápidamente nos hacemos eco de un ser deforme, de su andar robótico y su cabeza atornillada por el cuello. Pero una cosa es la imagen transmitida por el cine y otra la aportada por Mary Shelley autora de la obra. Shelley nos relata la creación del físico Víctor Frankenstein (apellido que solemos usar para identificar el innominado monstruo por Mary) que él logra construir con partes anatómicas de distintos cadáveres para dar forma a un ser con capacidad de aprendizaje y con una movilidad asombrosa, al que dota de unos sentimientos que le animan a querer integrarse socialmente y que al ser rechazado opta como contrapartida a la extorsión violenta de su creador, para que al menos le evite vivir tan terrible soledad, proporcionándole una compañera a su imagen y semejanza. Sentimiento de soledad que a su vez inunda a su «Dios» Victor, como creador, ante el daño que su propia obra está provocando en sus familiares y amigos y las que resultarían si accediese a su petición.
Aunque escrita en 1816 su recomendable lectura adquiere toda su frescura en la actualidad solo con cambiar los experimentos realizados en aquella época en torno a la creación de vida usando la corriente galvánica, por los realizados en la actualidad en torno a la genética. Esperemos que los «Victor Frenkenstein» actuales, que seguro que los habrá, no se lleven el secreto de la creación a la tumba como lo hizo el protagonista de la novela.” (Javier González)
CUENTOS FANTÁSTICOS DEL XIX
«Lo que he querido ofrecer es un panorama centrado en algunos ejemplos y, sobre todo, un libro fácil de leer.» (Italo Calvino)
«Un cuento fantástico por escritor. Un escritor fantástico por cuento. Así es la selección de Italo Calvino de la enorme producción que tuvo lugar en el siglo XIX de este género a mitad de camino entre el relato largo y la novela corta, y que dará pie posteriormente a buena parte de la literatura moderna. En unos casos bajo la influencia de la inspiración, en otras bajo los efectos del éter o del opio, son muchos los cuentos de ese siglo que conforman el esqueleto de multitud de historias actuales así como de guiones cinematográficos. Una buena opción para leer un cuento en un día y otro en una semana y desmarcarse de otras lecturas.» (Javier González)