La naranja mecánica. Anthony Burgess

La naranja mecánica. Anthony Burgess

9788445078822.jpgCuentan de quienes han de deshojar la margarita en las editoriales y en los concursos literarios que con leer las primeras quince a veinte páginas ya deciden si publicar o premiar los manuscritos a cribar.

También cuentan de quienes escriben, el esmero puesto en una primera página que capture al lector para que el libro permanezca en sus manos hasta la última.

A Burgess todo esto debió importarle un bledo tras ser advertido de la poca vida que le quedaba tras un diagnóstico, que resultó ser erróneo, de cáncer, y decidirse a escribir como un poseso. Esto explica que en la primera página existan unos veinte vocablos nadsat, una jerga adolescente ideada por él usando palabras rusas e inglesas Cookney así como algunas de propia invención, que obligan al lector a acudir al glosario final. Sin embargo no hace falta ser políglota para darse cuenta que se puede disfrutar de su lectura con fluidez ya que los términos están insertos en frases tan explícitas que a buen entendedor sobran palabras.

Lo que no le importó un bledo al escritor fue que Kubrick eligiera la versión americana como referencia para adaptar el guión de su película. En ese país la novela fue publicada sin el capítulo 21 en el que La Técnica Ludovico, empleada para tratar a Alex, es efectiva y el sujeto cambia de actitud.

Para aquellos a los que la película no dejó indiferente en el tratamiento dado a los condicionantes en torno a la violencia tanto individual como institucionalizada, el libro tampoco les defraudará.

MarioSilva

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