El autor convive aún en nuestras mentes con su frase: yo he venido aquí a hablar de mi libro. Y todos nos hemos quedado con el flash de un engreído, soberbio y déspota escritor. Quienes leen lo que está escrito y no a quienes lo escriben opinan que ha sido uno de los mejores escritores del pasado siglo.
Sea como fuere lo cierto es que Mortal y Rosa vale la pena. Título que se ampara en un verso de Salinas reúne en dos palabras la muerte de su hijo de seis años tras sufrir leucemia. Frases mortales junto a lirismo rosa, un testimonio desgarrador lleno de imágenes volcadas desde la angustia y el dolor como fórmula para soportarse a sí mismo que divagan entre el canto, el ensayo, la filosofía, y la prosa poética.
Los cantos de Maldoror
Desconocía Isidore Ducasse que, bajo el seudónimo de Conde de Lautréamont, sus cantos, con una primera edición de diez ejemplares, provocarían tal desaguisado. Su prosa poética pasó desapercibida durante años, con la excepción de aquel primer editor que consideró muy arriesgado exponer al público el odio de Maldoror hacia Dios y su obra más importante: el propio hombre. Con 24 años Isidore dispara a diestro y siniestro contra todo convencionalismo establecido en un intento por destruir la realidad en favor de lo imaginario, de todo lo que se aleje del bien, aunque por ello sufra.
Libro de culto para el surrealista André Breton, libro inspirador para Modigliani y Dalí no deja de sorprender en los primeros cantos al lector, a quien enfrenta a sus propios principios, para luego ir perdiendo fuerza hasta el último capítulo de carácter novelesco.
Como hablar de los libros que no se han leido
Apunta el autor hacia el absurdo que conlleva la obligación de leer. Especialmente la de leer cierto número de textos canónigos que parecen ser un compromiso el no haberlos leído. También apunta al deber infundado de tener que leer todo sobre todo, cosa ilógica ya que no hay tiempo material para hacerlo y como bien dice podemos de alguna forma considerar libro no leído el no recordado. Por último se sustenta este ensayo en la obligación inculcada de que para poder hablar de un libro hay que leerlo, lo que facilita la mentira pues resulta en ocasiones violento admitir la no lectura de un libro que es ampliamente reconocido en nuestro entorno.
No es muy complicado estar de acuerdo con estos argumentos. Cuando la lectura se aleja de estos postulados y se acerca al simple y llano placer la cosa cambia, pues si bien para hablar de un libro no es necesaria su lectura total o parcial, de nada vale el sucedáneo de haber leído El Kamasutra u hojeado revistas pornográficas para poder hablar del mismo deleite que proporciona leer la piel de la persona amada.
No obstante y siguiendo al autor, al expresar que igualmente pueden ser acertadas las opiniones si se conoce en perspectiva algo del autor, otras opiniones y su época, he leído con interés lo autoescrito por el profesor de literatura llamado sobre el propio autor de este libro en el prólogo lo que creo me habilita no para hablar de este libro que no he leído pero sí al menos para dejar de escribir sobre él.
los amores difíciles
Ocurre como con los toreros. Hay tardes de oreja y vuelta al ruedo como la lidia de El Varón Rampante, o de salida a hombros de la plaza como en Las Ciudades Invisibles. (ambos de Italo). Con el mismo convencimiento empecé Los amores difíciles al relacionarlo con otro gran rejoneador de amores, en este caso ridículos, como es Kundera, pero poco a poco la fiesta fue decayendo hasta entender que lo leído obedecía más a un ejercicio de entrenamiento con trece vaquillas que a una buena tarde en el tendido. Por suerte segundas partes, que no siempre fueron buenas enmendaron la jornada gracias a dos buenos morlacos como son La hormiga argentina y La nube de smog. (Javier González)
EL CRIMEN DEL ESTRELLA DE MAR
Para escribir «he seguido mis instintos y luego se los he mostrado a la audiencia, no se debe hacer al revés», Joseph O´Connor
«Cuando una amiga lectora inglesa me recomendó Star of de sea (con este título fue publicada la novela de Joseph O´Connor: El Crimen del Estrella del Mar) diciéndome que en Irlanda, allá por el 2004-2005 se había convertido en un fenómeno literario como La Sombra del Viento en España, y tuve el libro en mis manos, pensé en una historia entretenida en torno a un asesinato en un barco. Pero el Estrella del mar no solo transporta intriga a través del Atlántico sino toda la justificación histórica a la emigración del pueblo irlandés buscando mejores condiciones de subsistencia en América del Norte. Un existir en la precariedad, al que eran sometidos los agricultores irlandeses por parte de los colonos ingleses, junto a la enfermedad de la papa conocida como el “mildiu” provocó, en los cinco años que van desde 1845 a 1849, la reducción de la población de la isla hasta quedar solo el 25% de la misma. Un millón de muertos por la hambruna y otro millón convertidos en emigrantes cambiaron el mapa demográfico, social y político de los irlandeses dando lugar a los primeros movimientos en pro de la independencia. Todo ello mientras el Estrella del Mar sigue su curso por el Atlántico reteniendo a lo largo de su cubierta el interés hasta las últimas páginas en las que se revela la autoría del crimen. » (Javier González).
LA LIBRERÍA AMBULANTE
Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. Estudió historia moderna durante tres años en Oxford. En 1913, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela fue La librería ambulante, publicada en 1917. Se le ha comparado con Noel Coward, y dijo de sí mismo que amaba tanto a Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin embargo, su dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.
La Librería ambulante es un viaje por caminos rurales de Estados Unidos de su protagonista y narradora, Helen McGuill, el señor Mifflin, su perro Bock y Peg, el viejo caballo que tira de El Parnaso. Un viaje vendiendo libros, y tratando de inculcar hábitos lectores «Que nos llamen hombres no nos convierte en hombres―pregona Mifflin―. Ninguna criatura sobre la faz de la tierra tiene derecho a creerse un ser humano a menos que esté en posesión de un buen libro».
Pero además, La Librería ambulante, es un viaje por la historia de la literatura clásica, ya que está plagado de referencias a autores y novelas, que sirve de guía para abrir al lector nuevas ventanas por las que asomar su curiosidad y nuevas puertas por las que entrar en nuevos mundos literarios.
Cuidada escritura, sencillez y buen sentido del humor al alcance de cualquiera.
El marino que perdió la gracia del mar
«El mar, para un hombre encerrado todo el tiempo en un barco de acero, es algo muy parecido a una mujer. Le son familiares sus tormentas y sus calmas, o sus caprichos, o la belleza de su seno al reflejar el sol poniente»
Yukio Mishima, fue un escritor y dramaturgo japonés, considerado uno de los más grandes escritores de la historia del Japón. Mishima escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, y al menos, 20 libros de ensayos.
«El triángulo es de lo más sencillo. Adolescente que pertenece a una banda de jóvenes. Es hijo de viuda burguesa de la cual se enamora un marino. Pierde la gracia del mar el marinero al decidir dejar de vivir teniendo por norte La Estrella Polar, para embarcarse, en tierra firme, con la madre del joven; pero también pierde la gracia el hijo bajo la influencia del jefe de la banda.
Lo que no es tan sencillo es hacerlo como lo hace Yukio, en ésta una de sus novelas más corta y la más adecuada para adentrarse en el mundo Mishima, al contarnos con gran sensibilidad esa apatía adolescente, más allá del bien y del mal, donde se ocultan intensas borrascas.» (Javier González)
AUTOS DE FE
«Sucumbiré, se que sucumbiré, pero puedo decir que me he resistido contra ello toda una vida. Si no me hubiera resistido toda una vida, importaría poco que también yo haya de sucumbir.»
Elias Canetti, escritor y pensador en lengua alemana, Premio Nobel de Literatura en 1981.
«En la página 586 el autor escribe: “El agua de la jofaina se tiñó como después de un combate naval junto a las Islas Canarias”. El por qué eligió esa comparación es imposible de descifrar como lo es en muchos puntos del libro el comportamiento de los personajes, especialmente el central, llamado Peter Kien, el mayor sinólogo vivo, el “hombre-libro”, que acaba quemándose en su biblioteca. Su trama, en ocasiones caótica y difícilmente inteligible, facilita una lectura propensa a cerrar el libro definitivamente, y olvidar a sus protagonistas hiperbólicos dejándolos atrapados entre las páginas. Leer la única novela escrita por Canetti es una experiencia que no deja indiferente. Su lectura como su propio título, Auto de fe, implica creer o no creer. Posee grandes defensores y detractores por lo que hay que estar dispuesto a abandonar la misma a las primeras de cambio o a aprender de su soledad exactamente como si estuviésemos dispuestos a ingresar por propia voluntad en un manicomio vacío a sabiendas que la locura que destilan sus personajes sería la norma en quienes deambulasen por las calles.» (Javier González).
GABRIELA, CLAVO Y CANELA
«Yo nunca me consideré un literato, sino un novelista profesional sin abandonar mi posición al lado del pueblo, de los que sufren.» Jorge Amado
Jorge Amado fue escritor brasileño. Su obra ha sido adaptada al cine, al teatro y a la televisión, y también ha sido tema de varios trabajos de escuelas de samba en el Carnaval brasileño. Sus libros están traducidos a 49 idiomas y publicados en 55 países. Gabriela, clavo y canela, se publicó en 1958.
«Para aquellos que gusten de Gabriel García Márquez y del género literario conocido como “realidad fantástica”; para aquellos que conservan en su memoria esos primeros renglones que dicen: El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo, Gabriela, clavo y canela se revela como la novela precursora de todo ese movimiento literario e incluso del propio Gabo. Para quienes gusten de pasear por las calles de Puerto de la Cruz de los años veinte, en versión brasileña, Jorge Amado centra su historia en la ciudad costera de Ilheus, a la que arriba Gabriela, de cuyos platos y aromas acabará enamorándose el sirio Nacib, dueño del bar Vesubio. Juntos serán protagonistas de los propios devaneos de la pareja y a su vez testigos de la guerra por el poder en la ciudad costera del estado de Bahía por el control de las exportaciones cocoteras, representada en la persona de Mundiño Falcón como emprendedor e impulsor que plantea acelerar el desarrollo de la ciudad, mejorar el puerto y derrocar a Bastos, representante del caciquismo recalcitrante. Una novela imprescindible para los amantes de la literatura latinoamericana.» (Javier González)
ÉBANO
«Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos «África». En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe”
Ryszard Kapuściński fue un periodista, historiador, escritor, ensayista y poeta. En el mundo anglosajón es mejor conocido por sus reportajes en África en las décadas de 1960 y 1970, cuando presenció de primera mano el fin de los imperios coloniales europeos en aquel continente. Recogió en 2003 el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, uno más de los muchos premios que le fueron también entregados en Inglaterra, Francia o Italia. «Las raíces de mi literatura —según dijo él mismo— son viajar y descubrir, leer y reflexionar«.
«Cada país tiene sus estereotipos y cada continente también. Tanto la foto de la portada como el título “Ebano” conducen inevitablemente a África. Extensiones de selva, de sabana y de arena en cuanto al paisaje; riqueza zoológica y botánica en cuanto a los seres vivos y pobreza, hambre, guerras y sublevaciones militares en cuanto a lo humano. De todo esto hablan las crónicas de Kapuscinski pero desde la óptica de un periodista polaco que recorre el continente viviendo la independencia de los nuevos países creados con escuadra y cartabón (más de mil grupos embutidos en unos 53 países). Un enfoque distinto sobre el por qué de la risa de los negros a pesar de sus dificultades, de su visión del tiempo, de la importancia de sus antepasados y cómo la irrupción del hombre blanco lo trastocó todo provocando la gestación de dictadores y conflictos que nos han vendido como problemas intertribales.» (Javier González)