Bonito e interesante viaje a través de su lectura en torno al nacimiento y desarrollo de Puerto de la Cruz. Se inicia en los asentamientos guanches, previos a la ocupación del territorio por los castellanos, en cuyas cuevas-necrópolis los restos encontrados en Martianez y Las Cabezas evidencian la ocupación del territorio por una comunidad aborigen de cierta consideración. A continuación, inicios del siglo XVI, Álvarez de Lugo trató de organizar desde La Laguna la parcelación del territorio en tierras de dehesas para la ganadería, de cereales, vid y caña de azúcar así como el aprovechamiento de fuentes y la apertura al mar que facilitara la llegada y el envío de mercadería. Se da pie a la creación de una vía portuaria en la caleta de Araotava (la que por extensión da lugar a Puerto de la Araotava) que corresponde a la ensenada formada por el Barranco San Felipe, existiendo a su vez: los embarcaderos de la pequeña caleta de la Cruz, boca del puerto y más tarde puerto nuevo –frente a la conocida plaza de los charcos de los camarones-; el Pris, caletón de la Pez o puerto del Rey –situado en el popular boquete, junto a la ermita San Telmo- y el embarcadero de Martianez, muy poco utilizado. El resto del siglo constata el crecimiento del tráfico marítimo en Adeje, Santa Cruz, sobre todo Garachico y también en Puerto de la Cruz, ciudad esta última que aumenta su población con castellanos, catalanes y portugueses dedicados al comercio que empieza a ver en las clases dominantes del municipio de La Orotava su interés por controlar la costa. La afección de peste en la isla baja, a inicios del siglo XVII bloquea su muelle y crece aún más el comercio en Puerto de la Cruz lo que obliga a requerir guardas y escribientes, que controlen mercancías e higiene, así como ingenieros, entre ellos Torriani, elevándose también la necesidad de ubicar en el casco otra iglesia que la de San Amaro, en los llanos de La Paz, a fin de evitar la diversidad de culto lo que facilita la llegada de los dominicos, mientras el desapego y la incorfomidad se elevan con respecto a La Orotava que lucha en La Laguna y Madrid a un tiempo por alcanzar el título de Villa y no perder su salida al mar.
Todo ello es suficiente para demostrar que el origen de Puerto de la Cruz trasciende las fechas propuestas como fundacionales y que atribuyen el mérito fundador –único y tardío- a un miembro de la familia Franquis o Franchi, sin menoscabo de su importante labor en la ciudad