Demasiada felicidad, tanta, debió embargar a Alice Munro, cuando cayó en sus manos la historia de Sofía Kovalevsky, que decidió escribir el cuento que da título al libro. Novelista, matemática, primera mujer contratada como profesora de universidad en Europa, en la actualidad un cráter lunar lleva su nombre, a Sofía también le embargaba demasiada felicidad camino de Estocolmo al tiempo que incubaba una neumonía que acabaría con ella. Relato biográfico que nada dista de aquellos otros de ficción incluidos en este libro en los que familias se desestructuran cuando la felicidad que les embargó desaparece o cuando una de las partes se llena de la misma fuera de casa, los hijos siguen su curso, los trabajos cambian, las distancias aumentan y la vida pasa, como la de Kovalevsky, en busca de la felicidad, que escapa entre los dedos que tratan de agarrarla en esos pequeños instantes que nos embarga dejando ese fondo de tristeza al comprobar que irremediablemente el tiempo pasa tal y como ocurre con los cuentos de Munro en los que sin darte cuenta ya se han acabado.
Deja un comentario