El club de lectura del final de tu vida

el-club-de-lectura-del-final-de-tu-vida-Ya me lo leí y a ti como estás en un club de lectura igual te interesa.

Con estas palabras me lo prestaron.

La protagonista es una madre con más de 70 años a quien se le diagnostica cáncer de páncreas y el escritor es su hijo. Se va mezclando la actividad desarrollada por ambos con el proceso de declive provocado por la enfermedad. Él, como editor escritor, relata la vida de ella como profesora y activista en países asiáticos y africanos en pro de los refugiados, la de su familia y afición por la lectura y los libros que comparten durante los dos años de visitas al hospital, quimioterapia y convalecencias y empeoramientos. Su lectura es muy americana, cuenta lo que ocurre tal y como ocurre mientras destripan libros, por lo que es todo muy previsible. Por lo general los temas escogidos son en torno a escritores americanos recientes, premios Pulitzer algunos europeos y otros pocos que han podido contar sus historias como refugiados y mutilados en ocupaciones y guerras, junto con otros títulos escritos por enfermos que han pasado por el mismo calvario tumoral y aquellos dedicados al crecimiento personal y a entender mejor el proceso de la muerte.

Curioso pero el único autor de todos los nombrados que escribe originalmente en castellano es Roberto Bolaños y su Detectives salvajes.

La vida instrucciones de uso

9788433920584Tal y como aparece en la portada Perec organiza una novela puzle. A un edificio de cinco plantas situado en París le quita la fachada y capítulo tras capítulo describe su interior y sus habitantes. Abarca de esta forma algo más de un siglo de ocupación de las viviendas así como de los sótanos, caldera, ascensor, portería y altillos. Mucha descripción de las distintas habitaciones para luego ir desgranando a sus inquilinos a los que vuelve en sucesivos capítulos. Se configura así un rompecabezas que facilita una buena visión de la sociedad francesa de mitad del siglo pasado. Sus primeros compases me resultaron tediosos debido a un vocabulario profuso a base de enumerar todo lo que pueda existir en una habitación. Luego se le toma el gusto a la lectura ante tal profusión de términos con los que describe muebles, lámparas, camas, cachivaches y todo lo que pudiera contener cuatro paredes. Junto con ello se engarzan las historias personales que despunta muy bien con hilo de verdad y aguja de ficción. Si acaso, en algunas ocasiones, en las que algún personaje toma el mando de la narración, se echa en falta su voz propia, y no la del escritor, pues también se repite en ellos la forma descriptiva de cuantos objetos el personaje cree oportuno.

Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español

9788495642165_04_h.jpgDice uno de los treinta cuentistas que componen esta antología que como buen vasco que es, a él no le interesa la liga, que lo que le interesa es el partido, y que esa es la diferencia que él ve entre la novela y el cuento. Así a este libro de muchos cuentos se le puede sacar mucho partido. Partidos con finales sorprendentes en el último minuto, encuentros en los que el desarrollo del juego es lo vital o bien aquellos en los que una jugada da sentido a los noventa minutos. Da igual, es lo bueno que tiene una selección de buenos cuentos, los vas leyendo de poco a poco y entre uno y otro saboreas el bocadillo en la grada.

Ajuar funerario. Fernando Iwasaki

cubierta_ajuar_septima_ed_300px.jpgLa portada es clara. En torno a la muerte, los miedos que genera, los que nos han generado, los antes y después de esas ánimas que vagan en cuartos cerrados, vasijas y cementerios, Iwasaki adorna sus microrrelatos colocando una condecoración de Poe, el anillo de James o la leontina de Lovercraft dándoles un toque personal propio de quien vivió aquellos entierros de antaño, con su caldo y plañideras. En unos casos sorprenden sus finales, en otros la habilidad para construirlos, en unos queda flotando el miedo si se releen mentalmente y en otros provocan una risa burlona que nos hace mirar de reojo.

 

Mortal y rosa. Francisco Umbral

umbral_mortal_y_rosa_austral_0.jpgEl autor convive aún en nuestras mentes con su frase: yo he venido aquí a hablar de mi libro. Y todos nos hemos quedado con el flash de un engreído, soberbio y déspota escritor. Quienes leen  lo que está escrito y no a quienes lo escriben opinan que ha sido uno de los mejores escritores del pasado siglo.
Sea como fuere lo cierto es que Mortal y Rosa vale la pena. Título que se ampara en un verso de Salinas reúne en dos palabras la muerte de su hijo de seis años tras sufrir leucemia. Frases mortales junto a lirismo rosa, un testimonio desgarrador lleno de imágenes volcadas desde la angustia y el dolor como fórmula para soportarse a sí mismo que divagan entre el canto, el ensayo, la filosofía, y la prosa poética.

Los cantos de Maldoror

Los_cantos_de_Maldoror.jpgDesconocía Isidore Ducasse que, bajo el seudónimo de Conde de Lautréamont, sus cantos, con una primera edición de diez ejemplares, provocarían tal desaguisado. Su prosa poética pasó desapercibida durante años, con la excepción de aquel primer editor que consideró muy arriesgado exponer al público el odio de Maldoror hacia Dios y su obra más importante: el propio hombre. Con 24 años Isidore dispara a diestro y siniestro contra todo convencionalismo establecido en un intento por destruir la realidad en favor de lo imaginario, de todo lo que se aleje del bien, aunque por ello sufra.

Libro de culto para el surrealista André Breton, libro inspirador para Modigliani y Dalí no deja de sorprender en los primeros cantos al lector, a quien enfrenta a sus propios principios, para luego ir perdiendo fuerza hasta el último capítulo de carácter novelesco.

Como hablar de los libros que no se han leido

9788433976512.jpgApunta el autor hacia el absurdo que conlleva la obligación de leer. Especialmente la de leer cierto número de textos canónigos que parecen ser un compromiso el no haberlos leído. También apunta al deber infundado de tener que leer todo sobre todo, cosa ilógica ya que no hay tiempo material para hacerlo y como bien dice podemos de alguna forma considerar libro no leído el no recordado. Por último se sustenta este ensayo en la obligación  inculcada de que para poder hablar de un libro hay que leerlo, lo que facilita la mentira pues resulta en ocasiones violento admitir la no lectura de un libro que es ampliamente reconocido en nuestro entorno.
No es muy complicado estar de acuerdo con estos argumentos. Cuando la lectura se aleja de estos postulados y se acerca al simple y llano placer la cosa cambia, pues si bien para hablar de un libro no es necesaria su lectura total o parcial, de nada vale el sucedáneo de haber leído El Kamasutra u hojeado revistas pornográficas para poder hablar del mismo deleite que proporciona leer la piel de la persona amada.
No obstante y siguiendo al autor, al expresar que igualmente pueden ser acertadas las opiniones si se conoce en perspectiva algo del autor, otras opiniones y su época, he leído con interés lo autoescrito por el profesor de literatura llamado  sobre el propio autor de este libro en el prólogo lo que creo me habilita no para hablar de este  libro que no he leído pero sí al menos para dejar de escribir sobre él.

los amores difíciles

9788498419559-1.jpgOcurre como con los toreros. Hay tardes de oreja y vuelta al ruedo como la lidia de El Varón Rampante, o de salida a hombros de la plaza como en Las Ciudades Invisibles. (ambos de Italo). Con el mismo convencimiento empecé Los amores difíciles al relacionarlo con otro gran rejoneador de amores, en este caso ridículos, como es Kundera, pero poco a poco la fiesta fue decayendo hasta entender que lo leído obedecía más a un ejercicio de entrenamiento con trece vaquillas que a una buena tarde en el tendido. Por suerte segundas partes, que no siempre fueron buenas enmendaron la jornada gracias a dos buenos morlacos como son La hormiga argentina y La nube de smog. (Javier González)

EL CRIMEN DEL ESTRELLA DE MAR

Para escribir «he seguido mis instintos y luego se los he mostrado a la audiencia, no se debe hacer al revés», Joseph O´Connor

crimen estrella«Cuando una amiga lectora inglesa me recomendó Star of de sea (con este título fue publicada la novela de Joseph O´Connor: El Crimen del Estrella del Mar) diciéndome que en Irlanda, allá por el 2004-2005 se había  convertido en un fenómeno literario como La Sombra del Viento en España, y tuve el libro en mis manos, pensé en una historia entretenida en torno a un asesinato en un barco. Pero el Estrella del mar no solo transporta intriga a través del Atlántico sino toda la justificación histórica a la emigración del pueblo irlandés buscando mejores condiciones de subsistencia en América del Norte. Un existir en la precariedad, al que eran sometidos los agricultores irlandeses por parte de los colonos ingleses, junto a la enfermedad de la papa conocida como el “mildiu” provocó, en los cinco años que van desde 1845 a 1849, la reducción de la población de la isla hasta quedar solo el 25% de la misma. Un millón de muertos por la hambruna y otro millón convertidos en emigrantes cambiaron el mapa demográfico, social y político de los irlandeses dando lugar a los primeros movimientos en pro de la independencia. Todo ello mientras el Estrella del Mar sigue su curso por el Atlántico reteniendo a lo largo de su cubierta el interés hasta las últimas páginas en las que se revela la autoría del crimen. » (Javier González).

LA LIBRERÍA AMBULANTE

 

Libreria ambulanteChristopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania. Estudió historia moderna durante tres años en Oxford. En 1913, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela fue La librería ambulante, publicada en 1917. Se le ha comparado con Noel Coward, y dijo de sí mismo que amaba tanto a Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin embargo, su dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.

La Librería ambulante es un viaje por caminos rurales de  Estados Unidos de su protagonista y narradora, Helen McGuill,  el señor Mifflin, su perro Bock y Peg, el viejo caballo que tira de El Parnaso. Un viaje vendiendo libros, y tratando de inculcar hábitos lectores «Que nos llamen hombres no nos convierte en hombres―pregona Mifflin―. Ninguna criatura sobre la faz de la tierra tiene derecho a creerse un ser humano a menos que esté en posesión de un buen libro».

Pero además, La Librería ambulante, es un viaje por la historia de la literatura clásica, ya que está plagado de referencias a autores y novelas, que sirve de guía para abrir al lector nuevas ventanas por las que asomar su curiosidad y nuevas puertas por las que entrar en nuevos mundos literarios.

Cuidada escritura, sencillez y buen sentido del humor al alcance de cualquiera.